Fuente: Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona
Las personas que hacen puntilla tienen como patrona a Santa Ana, ya que la voz popular dice que ella enseñó con gran afán este oficio a su hija a tal punto que a partir de nuevas combinaciones perfeccionó y superó el arte de la punta del cojín. Aún hoy, en algunos países, el tipo más simple y elemental de punta de cojín es llamado"Puntilla de la Virgen" o "Puntilla de la Madre de Dios". Por extensión, es también la patrona de todas las costureras, que la imploran para ... ¡no pincharse con la aguja!.
Santa Ana es también junto a San Joaquín la protectora de las personas casadas y de los abuelos. Muchas chicas que quieren tener hijos imploran a Santa Ana, un patronazgo compartido también con nuestro inefable amigo San Ramón Nonato. Hay unos bellos gozos escritos en catalán en los que se pide a Santa Ana protección durante el embarazo para que alivie del dolor a la madre que va a tener al recién nacido:
Les dones que vos reclamen
amb molta devoció,
que fills o filles demanen,
atorgueu-los aquest do,
i el part amb alegría,
sense pena, dany ni dolor.
Aunque los versos no rimen apropiadamente, la traducción al español sería ésta:
Les dones que vos reclamen
amb molta devoció,
que fills o filles demanen,
atorgueu-los aquest do,
i el part amb alegría,
sense pena, dany ni dolor.
Aunque los versos no rimen apropiadamente, la traducción al español sería ésta:
Las mujeres que os reclaman
con mucha devoción,
que hijos o hijas os suplican,
otorgadles este don,
y el parto con alegría,
sin pena, daño ni dolor.
A lo largo de la historia se ha puesto a Santa Ana como la mejor intercesora para que Dios nos ayude en diferentes vicisitudes y oficios, aquí hay algunos: los que trabajan en oficios angustiosos, los fabricantes de alpargatas, los mercaderes de objetos antiguos y, debido a su condición de ama de casa, a las madres para que cuando cocinen les salga un buen guiso, a los que pastan pan en sus casas, y ¡cómo no!, a las amas de casa en general.
Una bonita leyenda cuenta que Santa Ana, a fin que su hijita fuera bien vestida cuando saliera a pasear por la calle, le hizo unos bellos vestiditos de punta para sus manos, es decir, lo que hoy conocemos como guantes. De allí, que gracias a esta tradición, se la considera la inventora de esta pieza. No nos ha de extrañar pues, que los guanteros la veneren.
Muy cerca del Santuario dela Mare de Déu del Far, que pertenece a la parroquia de Sant Martí Sacalm, en la diócesis catalana de Vic, hay una pequeña ermita dedicada a Santa Ana que tiene mucha devoción. Todos los que acuden al Santuario del Far pasan por delante de ella y no hay quien no pare el coche para hacer una pequeña visita. Normalmente el templo está cerrado, a excepción del día de su fiesta, pero en la puerta hay una pequeña ventana donde se puede ver el interior.
Los gozos escritos en catalán dedicados a la santa rezan:
Oh Santa Anna, gran senyora,
àvia plena de bondat,
sigueu sempre protectora
de la nostra tercera edat.