(...) “Bendito el hombre que confía en el Señor y en El tiene puesta su confianza! Es como árbol plantado al borde de las aguas que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto” ( Jer, 17, 7-8).
”Un factor decisivo para recibir la misericordia de Dios es la confianza.
La confianza significa esperar ayuda de alguien.
La confianza natural, o sea esperar ayuda humana- es el fundamento de la vida del hombre…Pero tener esperanzas de ayuda humana a menudo falla. En cambio, él que confía en Dios, nunca será decepcionado. “pero la piedad cercará al que se confía a Yahvé” (Sal 31, 10).
(...) en Su discurso de despedida tras la Ultima Cena, Jesús, al dar los últimos encargos y anunciar a los Apóstoles el sufrimiento que les esperaba por Su nombre, indica la confianza, como una condición indispensable para aguantar y ganarse la ayuda de la Misericordia Divina. “En el mundo tendréis que sufrir; pero tened valor, pues yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).…. Dios nos adoptó por Sus propios hijos, pero, desgraciadamente en la práctica no nos comportamos como hijos: el ser hijo de Dios suele ser solamente una expresión y en la vida no mostramos la confianza de niño hacia el Padre tan bueno. (...) La falta de confianza dificulta a Dios darnos beneficios, es como una nube oscura que frena la actividad de rayos del sol, como un dique que estorba el acceso del agua de un arroyo.
La confianza en Dios tiene que ser fuerte y perseverante, sin dudas ni debilidades. Abraham esa confianza, cuando iba a ofrecer a su hijo. Una confianza así la tenían los mártires. En cambio a los Apóstoles les faltó esa virtud durante la tormenta y por eso Jesús les reprochó: “¿Por qué tanto miedo? ¡Tenéis muy poca fe!” (Mt, 8, 26).
Sobre todo, la confianza es el homenaje rendido a la Misericordia Divina que da fuerza y valor al que confía, para vencer las mayores dificultades.(...) La confianza en Dios elimina toda tristeza y depresión y llena el alma con gran alegría, hasta en las condiciones de vida más difíciles.(...) La confianza hace milagros, ya que tiene a su servicio la omnipotencia Divina. (...) La confianza da la paz interior que el mundo no puede ofrecer. La confianza abre paso a todas las virtudes.
La confianza se la puede comparar con una cadena colgante del cielo a la que sujetamos nuestras almas. La mano de Dios levanta la cadena y se lleva a los que están agarrados fuertemente a ella. (...) Sujetemos pues esa cadena en la oración como el ciego de Jericó, que, sentado en el camino, llamó con perseverancia: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” Confiemos en Dios en las necesidades terrenales y eternas, en sufrimientos, peligros y desamparos. Confiemos incluso cuando nos parece que Dios nos ha dejado, cuando nos niega Sus consuelos, cuando no nos escucha, cuando nos agobia con la pesada cruz. Es cuando hay que confiar en Dios más, porque es el tiempo de prueba, de experiencia por las que debe pasar cada alma.
Espíritu Santo, dame la gracia de la confianza inquebrantable por los méritos de Jesús y de la confianza temerosa por mi debilidad.
Cuando la pobreza llame a mi puerta:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Fuentes:
Espíritu Santo, dame la gracia de la confianza inquebrantable por los méritos de Jesús y de la confianza temerosa por mi debilidad.
Cuando la pobreza llame a mi puerta:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Cuando me afecte una enfermedad o me toque una discapacidad:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Cuando el mundo me rechace y me persiga el odio:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Cuando una falsa acusación me manche y me harten de amargura:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Cuando me abandonen mis amigos y me hieran con palabras y acciones:
JESÚS EN TI CONFÍO.
Espíritu de amor y misericordia, sé mi refugio, mi dulce consuelo, dichosa esperanza, para que en las circunstancias más difíciles, no deje de confiar en Ti” (Tomo III, Obras del padre Miguel Sopocko p. 189-200).
Espíritu de amor y misericordia, sé mi refugio, mi dulce consuelo, dichosa esperanza, para que en las circunstancias más difíciles, no deje de confiar en Ti” (Tomo III, Obras del padre Miguel Sopocko p. 189-200).
Fuentes:
“La Divina Misericordia en mi Alma” Diario de Santa Faustina
El Libro del Pueblo de Dios “LA BIBLIA”
“MISERICORDIA DIVINA EN SUS OBRAS” Padre Miguel Sopocko (Confesor y Director Espiritual de Santa Faustina,Beatificado el 28 de Septiembre de 2008)
El Libro del Pueblo de Dios “LA BIBLIA”
“MISERICORDIA DIVINA EN SUS OBRAS” Padre Miguel Sopocko (Confesor y Director Espiritual de Santa Faustina,Beatificado el 28 de Septiembre de 2008)
Que Dios les bendiga. He leído el diario de Santa Faustina 2 veces y el Señor me concedió conocer esta maravillosa devoción a la Divina Misericordia, el mayor de sus atributos, el que está en el origen de todo...
ResponderEliminarFeliz Navidad, Dios quiera que pronto reine en todos los corazones
Gracias por tu comentario, Agustín. Feliz Navidad para vos y tu familia!
Eliminar