Celebra sus 400 años


domingo 7 de octubre de 2007
Celebra sus 400 años la capilla jesuítica Santa Ana
Es Monumento Histórico Nacional desde 1953. Fue casa particular, residencia de estudiantes y hospital de enfermos.


Un acontecimiento singular vivirá barrio Quinta Santa Ana el 20 de octubre: el 400° aniversario de la capilla jesuítica Santa Ana, un ícono para el sector a nivel religioso, social y cultural. Los festejos comenzarán el lunes 15 y se extenderán hasta el 20, indicaron desde la comisión organizadora el vicario parroquial Aldo Tobares, el arquitecto Marcos Ortiz Quirós y la titular del centro vecinal Quinta Santa Ana, Patricia Gramaglia.


La capilla Santa Ana está situada en bulevar Quinta Santa Ana y El Recodo. A sus espaldas se levanta el Nuevocentro Shopping, una moderna construcción que contrasta con la antigüedad del templo. Al lado de la capilla está la plazoleta Padre Grenón.


Se toma al año 1607 como fecha fundacional de la capilla, pero en aquel entonces no era tal, sino una casa construida por los jesuitas radicados en Córdoba. Su propietario inicial fue el primer marido de doña Ana de Cevallos.


Hoy la capilla es administrada por la Congregación Salesiana de Don Bosco, dependiente de la parroquia María Auxiliadora. Es la referencia del barrio y la gente está identificada con ella. Además de oficiarse misas dominicales, en sus salas los martes se reúnen miembros del centro vecinal –que no tiene sede propia, pero tendría una en Caseros y El Recodo– y los miércoles y viernes grupos de oración.



La capilla Santa Ana resalta con el Nuevocentro Shopping y un hotel al fondo
Foto: LaVoz / Hugo Allende


La capilla se yergue en un barrio que también tiene particularidades. Quinta Santa Ana es apacible, residencial y con mucha vegetación, situado a 12 cuadras del centro de la ciudad de Córdoba, hacia el oeste. Fue urbanizado en la década de 1940. El diseño de sus calles es llamativo: por caso, el bulevar Quinta Santa Ana tiene forma de herradura, y las sinuosas calles El Recodo y La Noria cortan al bulevar en forma no convencional. También provoca curiosidad que los ómnibus del transporte urbano no circulan por el barrio y que no hay parquímetros.


Los vecinos de Quinta Santa Ana alardean orgullosos de que, según documentos, este barrio es el más antiguo de la ciudad. Una propuesta vecinal que cobraría vigor en el futuro si el municipio la acepta es la peatonalización de las calles del barrio.



Programa de actividades


Las actividades por el cuarto centenario de la capilla Santa Ana se harán siempre a las 19.30. Lunes 15: actuación del Coro de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Martes 16: encuentro con vecinos en la capilla, donde se hará una evocación histórica; actúa el Coro de Ingeniería de la UNC.
Viernes 19: conferencia “Conservación del patrimonio histórico religioso”, a cargo del arquitecto Pedro Canepuccia, en el Colegio Monserrat; presentación de un cuarteto de cuerdas.
Sábado 20: misa de acción de gracias en la capilla presidida por el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez; actuación del Coro de Niños Cantores Domingo Zípoli. Alumnos de la Escuela Provincial de Bellas Artes “Figueroa Alcorta” harán pinturas y dibujos alusivos en las inmediaciones de la capilla, mientras que su pares del Colegio Spilimbergo expondrán fotos sobre el barrio y el templo. También se presentaría un libro con la historia de la capilla y del barrio.

Desde la colonia hasta hoy

El 12 de marzo de 1574, Jerónimo Luis de Cabrera otorgó las tierras de Santa Ana en merced a los primeros vecinos fundadores de la ciudad de Córdoba. Los lotes estaban a 1.200 metros hacia el oeste desde el centro. El primer marido de Ana de Cevallos recibió las fértiles tierras, aptas para las huertas, que luego heredó la mujer.


Los jesuitas que desde 1599 se radicaron en Córdoba construyeron una casa (con habitaciones y comedor), plantaron frutales e instalaron norias y albercas. En 1607, un testamento de Ana de Cevallos dejó constancia del patronazgo de Santa Ana, la quinta y el oratorio familiar que tenía la casa (al que concurrían vecinos, indios y esclavos).

En 1699, la casa pasó a ser propiedad de la Compañía de Jesús y se utilizó para descanso de estudiantes novicios del Colegio Máximo. Doce años antes ya se la llamaba "chacra o quinta" Santa Ana. El comedor se destinaba también para dar misa, a falta de una capilla.


En 1767, los jesuitas fueron expulsados por orden del rey español Carlos III. Tomó posesión de sus bienes la Junta de Temporalidades, que incluyó la casa en un inventario. En 1785, el gobernador de Córdoba del Tucumán, Marqués de Sobremonte, decidió que la casa se convirtiera en hospital de aislamiento para enfermos de viruela.


En 1811, las autoridades revolucionarias de la Primera Junta dispusieron la instalación de una fábrica de pólvora. En 1853 la quinta volvió a ser propiedad del Colegio Monserrat. Las inundaciones que hubo durante el siglo XIX derrumbaron las bóvedas de la casa. En 1934, la parroquia María Auxiliadora (con los salesianos) se hizo cargo de la capilla, ya que su jurisdicción abarca parte de barrio Quinta Santa Ana.

Las ruinas del solar jesuítico fueron declaradas Monumento Histórico Nacional el 23 de noviembre de 1953. En esos años, vecinos y salesianos empezaron a restaurar lo que fue el comedor. En 1987, el distrito Centro del Servicio Nacional de Arquitectura completó la puesta en valor de la capilla, que fue bendecida en 1992 bajo la advocación de Santa Ana –santa de los abuelos– en las fiestas patronales.

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