162
(77) JMJ. Jesús, en Ti confío. Año 1937, mes I, día 1
Anotación para el control interior del alma. Examen particular – unirme a Cristo
misericordioso. Práctica: el silencio interior, estricta observancia
del silencio.
La conciencia
Enero Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
41, caídas - 4.
Jaculatoria: Y Jesús callaba.
Febrero Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
36, caídas - 3
Jaculatoria: Jesús, en Ti confío.
Marzo Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
51, caídas - 2.
Jaculatoria: Jesús, incendia mi corazón con amor.
Abril Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
61, caídas - 4.
Jaculatoria: Con Dios lo puedo todo.
Mayo Dios
y el alma, silencio.
Victorias - 92, caídas - 3.
Jaculatoria: En su Nombre está mi fuerza.
Junio Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
64, caídas - 1
Jaculatoria: Todo para Jesús.
Julio Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
62, caídas - 8
Jaculatoria:
Jesús, descansa en mi corazón.
Agosto Dios
y el alma, silencio.
Victorias -
88, caídas - 7
Jaculatoria:
Jesús, Tú sabes ….
Septiembre Dios
y el alma, silencio.
Victorias
– 99, caídas 1
Jaculatoria:
Jesús, escóndeme en Tu Corazón.
Octubre Dios
y el alma, silencio.
Victorias
– 41, caídas – 3
Jaculatoria:
Maria, úneme a Jesús.
[Aquí
viene otra anotación – retiro].
Noviembre Dios
y el alma, silencio. Victorias, caídas.
Jaculatoria: Oh Jesús mío, misericordia.
Diciembre Dios
y el alma, silencio. Victorias, caídas.
Jaculatoria: Te saludo, Hostia viviente.
163 (78) JMJ Año 1937
Ejercicio general
+ Cuantas veces respira mi pecho, cuantas veces late mi corazón,
cuantas veces pulsa la sangre en mi cuerpo, esa cantidad por mil, es el número
de veces que deseo glorificar Tu misericordia, oh Santísima Trinidad.
+ Deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo
de Ti, oh Señor. Que este más grande
atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi
corazón al prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo
jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el
alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta
las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás
hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y
perdón para todos.
Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de
buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí
las tareas más difíciles y más penosas.
Ayúdame a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me
apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi
cansancio. Mi reposo verdadero está en
el servicio a mi prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo
sienta todos los sufrimientos de mi prójimo.
A nadie le rehusaré mi corazón.
Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi
bondad. Y yo misma me encerrare en el
misericordiosísimo Corazón de Jesús.
Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor mío, repose
dentro de mí.
+ Tú Mismo me mandas ejercitar los tres grados de la
misericordia. El primero: la obra de misericordia, de cualquier tipo
que sea. El segundo: la palabra de misericordia; si no puedo
llevar a cabo una obra de misericordia, ayudaré con mis palabras. El tercero:
la oración. Si no puedo mostrar
misericordia por medio de obras o palabras, siempre puedo mostrarla por medio
de la oración. Mi oración llega hasta
donde físicamente no puedo llegar.
Oh Jesús mío, transfórmame en Ti, porque Tú puedes hacer todo.
[En este lugar hay
cuatro páginas en blanco].
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